La Comunión, a menudo llamada Cena del Señor o Eucaristía (que significa acción de gracias), enfatiza la gratitud y la gozosa celebración de la obra de Dios por nosotros, en nosotros, a través de nosotros y a pesar de nosotros. La Comunión representa la poderosa manera en que Jesucristo murió en nuestro lugar por nuestros pecados. La Comunión llama a los cristianos a mortificar el pecado, a la luz de que Jesús murió por nuestros pecados, y nos impulsa a examinarnos y arrepentirnos antes de participar de el. La Comunión muestra la unidad del pueblo de Dios en torno a la persona y la obra de Jesús. La Comunión anticipa nuestra participación en la cena de bodas del Cordero cuando su Reino venga en su plenitud.

1 Corintios 11:23-30

La Biblia es la Palabra de Dios para la humanidad. Fue escrita por autores humanos bajo la guía sobrenatural del Espíritu Santo. Es la fuente suprema de verdad para las creencias y la vida cristiana.

2 Timoteo 3:16-17, 2 Pedro 1:20-21, Salmo 119:105

Dios es el Creador y Soberano de todas las cosas. Ha existido eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los tres son coiguales y constituyen un solo Dios. La doctrina de la Trinidad reúne tres verdades bíblicas igualmente esenciales sin negar ni disminuir ninguna. En toda la Escritura se declara que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Dios.

Génesis 1:1, Hechos 5:3-4, Juan 14:16, 1 Corintios 8:6, Romanos 1:7, Juan 14:16

Dios Padre es el Padre de los huérfanos y defensor de las viudas. Dios Padre envió a su Hijo, Jesús, para que conociéramos a Dios Padre y a Dios Hijo y tuviéramos vida eterna. Es la voluntad de Dios Padre que, por medio de Jesús, seamos liberados de esta era maligna. Dios Padre ha enviado el Espíritu de su Hijo a los corazones de quienes han decidido seguir a Jesús. Dios Padre nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.

Salmo 68:5, Juan 17:3, Gálatas 1:3-4, 4:6, Efesios 1:3

Jesucristo es el único Hijo de Dios. Jesús nació de una virgen. Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo. Es coigual con Dios Padre y siempre ha existido. Jesús fue crucificado por todos los pecados y resucitó de entre los muertos. Solo mediante la muerte sacrificial de Jesús en la cruz, el ser humano recibe el perdón. El perdón de los pecados se obtiene únicamente por la sangre de Jesucristo. El único camino al Padre es a través de Jesús. Un día, Jesús regresará por los creyentes.

Isaías 7:14, Lucas 1:34, Juan 1:1-14; 3:16; 6:54; 14:6, 1 Corintios 15:3-4, Efesios 2:13, Hebreos 4:14-15

El Espíritu Santo es una Persona Divina, igual a Dios Padre y a Dios Hijo. Es el agente del nuevo nacimiento. Sella, guía, enseña, da testimonio, santifica, ayuda y bautiza al creyente, capacitándolo mediante este bautismo para ser testigo de Jesús. El Espíritu Santo distribuye sus dones a cada creyente individualmente según su voluntad.

Génesis 1:1-3, Hechos 1:5, Romanos 8:14, 1 Corintios 12:11

Las personas fueron creadas a imagen de Dios. Todos somos pecadores, y es nuestro pecado lo que nos separa de nuestro Creador. Solo Dios puede reconciliarnos con nosotros mediante Jesucristo.

Génesis 1:27, Salmo 8:3-8, Romanos 3:23; 5:1, Juan 3:16, Apocalipsis 20:15

La salvación es un regalo gratuito de Dios, pero la única manera de obtenerla es aceptándola. Este regalo gratuito es Jesucristo, y la salvación se obtiene únicamente a través de Él. No se puede ser salvo haciendo el bien ni de ninguna otra manera. Dios desea que toda persona acepte a Jesús como su Salvador.

Juan 3:16; 14:6, Romanos 6:23; 5:8, Efesios 2:8-9, 2 Pedro 3:9

La inmersión de un creyente en agua simboliza la renovación y transformación completa de su vida, y da testimonio de la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo como el camino de salvación. El bautismo es el primer acto de obediencia tras la conversión.

Mateo 3:13-17, Hechos 8:36-39; 9:18; 16:25-33, Romanos 6:1-7

La dedicación de un niño consiste en ofrecerlo al Señor para que lo lleve a cabo según su voluntad. También implica que los padres se dediquen al Señor para criarlo en su seno, conociéndolo como Él.

1 Samuel 1:24-28, Lucas 2:25, Lucas 1:57-80